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Prensa

Competitividad regional: índices mudos

18. 10. 2015

18 de octubre de 2015

José Carlos Requena

El Comercio

Según IPE, las regiones más competitivas se ubican en la costa y las menos competitivas presentan altos niveles de pobreza.

Desde marzo último se han publicado diversos estudios sobre competitividad. Son esfuerzos importantes que –desde la ciudadanía, la academia y el sector público– procuran medir los avances y escollos que el país enfrenta, sobre todo en la esfera económica. Pero pueden resultar insuficientes en un país que presenta sus principales déficits en campos ajenos a factores económicos.

En marzo, el Instituto Peruano de Economía (IPE) publicó su Índice de Competitividad Regional (Incore), por tercer año consecutivo. Se centra en seis rubros (entorno económico, infraestructura, salud, educación, situación laboral e instituciones) intentando replicar el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). Concluye que las regiones más competitivas se ubican en la costa (excepto Cusco y Madre de Dios) y las menos competitivas presentan altos niveles de pobreza.

El lunes 12 de octubre, el Consejo Nacional de Competitividad (CNC) publicó su Índice de Competitividad Regional (ICR) que evalúa ocho pilares, seis referidos a los condicionantes de la productividad (institucionalidad, infraestructura, salud, educación, innovación y ambiente), y dos son resultados de esta (evolución sectorial y desempeño económico). El CNC –entidad gubernamental creada en el 2002 bajo la PCM, adscrita hoy al MEF– concluye que las regiones más competitivas son costeras: Lima, Moquegua, Tacna, Arequipa y Lambayeque. Las menos competitivas son las sospechosas comunes: Huancavelica, Amazonas, Huánuco, Loreto y Cajamarca. Igual que el IPE, el CNC replica los indicadores del WEF.

El miércoles 14, Centrum, la escuela de negocios de la Universidad Católica, presentó su Índice de Competitividad Regional del Perú (ICRP), tal como lo viene haciendo desde 2008. Un aporte importante: incluye el pilar gobierno (los otros son economía, empresas, infraestructura y personas), que mide aspectos como justicia y seguridad. De manera similar a los otros dos índices, Centrum ubica a Lima Metropolitana –Lima Provincias es evaluada aparte–, Callao, Moquegua, Tacna, Arequipa e Ica como las regiones más competitivas, dejando a Huancavelica como la menos competitiva.

Las tres mediciones coinciden, entendiblemente, en varias conclusiones: las regiones mejor posicionadas están ubicadas en la costa, han expandido su producción en los últimos años (vía agroexportación, minería o comercio) y son fácilmente accesibles; las peor ubicadas presentan los mayores niveles de pobreza, una base productiva débil y tienen limitadas vías de acceso.

Lo que queda pendiente es hurgar en elementos cualitativos, que la mayoría de veces son los que terminan obstaculizando la implementación de políticas públicas e impactando en los proyectos de inversión de diversa envergadura. Aspectos como la fortaleza de las instituciones políticas (partidos o movimientos, pero también órganos de gobierno), participación en grupos sociales (desde asociaciones caritativas hasta clubes deportivos, pasando por las ONG y los gremios empresariales) o características culturales (como pertenencia a grupos étnicos o religiosos), por nombrar algunos, no son considerados. Como si el ruido político del que todos hablan no se escuchara.

 

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