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Prensa

Brecha de género en la región Apurímac

12. 11. 2019

11 de noviembre del 2019
Chaski

Informe realizado por el IPE para el Chaski de Apurímac.

Desde hace algunos años, han existido en el Perú importantes avances referidos a la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres. No obstante, de acuerdo al Índice de Progreso Social de la Mujer y el Hombre en las Regiones del Perú (IPS-MHRP), elaborado por Centrum PUCP, Apurímac se encuentra relegada en este desafío, pues es considerada la segunda región con mayor brecha de género en el país. En ese sentido, se analizarán a continuación algunas de las variables que influyen en la disparidad de condiciones descrita.

Educación
La educación es un eje fundamental en la búsqueda de la equidad de género ya que permite el acceso a mayores oportunidades e incrementa la productividad de las personas. Pese a esto, en el año 2018, el analfabetismo afectó al 22.6% de las mujeres apurimeñas (la tasa más alta del país) y únicamente al 5.9% de los hombres.

De igual forma, Apurímac es una de las regiones en las que la tasa neta de asistencia a educación primaria y secundaria de las niñas y adolescentes mujeres (91.2% y 88.5%, respectivamente) es menor a la de los niños y adolescentes varones (93.4% y 89.3%, respectivamente). Se observa, además, que el promedio de años de estudios alcanzado por las mujeres de la región es de 8.9, mientras que la de los hombres, de 9.4. Ambas cifras se sitúan por debajo del promedio nacional, el cual refleja 10 años de estudios para las mujeres y 10.3 para los varones.

Salarios
Las desigualdades en el acceso a la educación se reflejan en las diferencias de acceso al mercado laboral, así como en la brecha en el nivel de ingresos. En Apurímac, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), solamente el 74.3% de las mujeres laboran a diferencia del 88.1% de sus pares masculinos. En cuanto a los ingresos, si bien en 2006, los hombres y las mujeres ganaban en promedio lo mismo, a partir de ese año la brecha de ingresos mostró una tendencia creciente de modo que, en 2018, el salario masculino era casi 50% mayor al femenino. Si a esto se le suma que la remuneración promedio en Apurímac se encuentra por debajo de la peruana, la situación de las afectadas por la brecha es preocupante.

Violencia
Además de considerar las grandes desigualdades vislumbradas en los componentes antes mencionados, es posible avizorar que la violencia contra la mujer es una constante en todo el país y, sobretodo, en Apurímac. El promedio nacional de mujeres que alguna vez sufrieron algún tipo de violencia por parte de su esposo o compañero, según datos de la ENDES (2018), es de 63.2%. La cifra observada en Apurímac es mucho mayor: 82.7%. En particular, se estima que el 79.5% de las mujeres apurimeñas han sufrido violencia psicológica y/o verbal; el 44.3%, física y el 13.6%, sexual.

De manera más profunda, la tasa de denuncias registradas por violencia sexual contra la mujer de Apurímac, en 2018, fue de 68.3 por cada 100 mil habitantes, ampliamente superior a la tasa registrada a nivel nacional (45.2 por cada 100 mil). Por otro lado, a lo largo del presente año, la tendencia continúa siendo la misma, pues, hasta mayo, se calculó que 21.1 mujeres de cada 100 mil denuncian ser afectadas por este tipo de violencia, en contraposición con 18.7 por cada 100 mil en el país.
 
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