Cambios tributarios deben ser sencillos pero efectivos y bajo un solo espíritu: facilitar

15 de diciembre de 2006
El Congreso de la República aprobó en sesión plenaria otorgar facultades legislativas en materia tributaria al Ejecutivo, tal como había solicitado hace unas semanas el ministro de Economía, Luis Carranza. Sin embargo, la norma aprobada ayer no permite al MEF la creación de nuevos impuestos -incluido uno que grave los ahorros y las ganancias de capital- ni el aumento de las tasas de los tributos ya existentes. (Semanam@il y diarios)
Reiteramos nuestra percepción de que hay necesidad de hacer cambios en el sistema tributario y que, en ese contexto, el Ejecutivo lo haría mejor que el Legislativo. Desde ese punto de vista, la delegación lograda es positiva. Los candados que se han puesto son un saludo a la bandera pues, aunque manejó muy mal el tema político, el Ejecutivo ya había sugerido que no gravaría los ahorros ni el crédito y que no crearía nuevos impuestos ni subiría tasas. El grueso de la reforma se concentraría entonces en lo que ya advertimos antes (ver CD 27.11.06): ganancias de capital, impuestos antitécnicos y aspectos administrativos.
Esperamos que la reforma se oriente principalmente a cambiar el enfoque de la administración de impuestos y a ordenarlos (o al menos dejar un marco legal para ello). ADUANAS, por ejemplo, no puede seguir con el papel represor que retomó tras la fusión con SUNAT, sino que debe regresar al esquema de facilitador del comercio, que la integración al mundo exige. Asimismo, ahora que se aprobó para SUNAT el presupuesto por resultados (aunque la comisión fija sigue siendo alta), el MEF debe definir indicadores que midan bien la eficiencia del recaudador: la SUNAT será eficiente cuando tributen más personas, los costos de cumplimiento sean bajos y los impuestos no estén concentrados en pocos individuos. Los bonos de productividad y los salarios de sus funcionarios también deben vincularse a metas. Y se debe lograr alianzas con las regiones, para que éstas asuman labor recaudadora y fiscalizadora, incentivándolas con parte o toda la recaudación incremental lograda. Ponérsela fácil a la Administración Tributaria no ayuda al país.
En el plano de exoneraciones, no sólo se trata de definir un marco legal para su creación y vigencia. El tema también debe apuntar a uniformizar los beneficios, por ejemplo, las tasas de IGV que se aplican a diversos productos agrícolas, esquema que carece de todo sentido. En el caso de las exoneraciones regionales y sectoriales, es hora de que se analice la posibilidad de cambiar a un esquema de subsidio directo, que en el caso del IGV podría ser contra la presentación de la factura. Este esquema focalizaría la ayuda y reduciría la evasión porque excluiría a los informales del beneficio. Si la reforma se orienta con estos principios sencillos, se lograría algo positivo. Y si, por el contrario, se intentan cosas como crear una nueva escala de Impuesto a la Renta (nada novedoso y perfectamente cuestionable, por cierto), lo único que se lograría es generar un clima adverso hacia esta reforma y las que vengan.
Ingresos Generados por Medidas Administrativas (En Porcentaje del IGV Total)
Fuente: SUNAT / Elaboración: Instituto Peruano de Economía
La recaudación cobrada y costeada por el sector privado sigue creciendo. El recorte en la comisión fija de SUNAT no es un gran incentivo para mejorar en eficiencia. La calve ahora son los indicadores de desempeño que debe definir el MEF. Esperamos que no se la ponga fácil. Así no llegaremos a nada y, por el contrario, se pondría en riesgo el esquema de presupuesto por resultados que se pretende generalizar.