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Columnas de opinión

Mercantilismo andino de cuello y corbata

16. 03. 2011

17 de marzo del 2011

Agroexportadores consideran que sector busca imponer altos precios. La Comunidad Andina impondrá, a fines de mes o comienzos de abril, una sanción comercial al Perú por no eliminar en su momento el régimen de importación de agroquímicos, informó Rafael Ricci, abogado de un grupo de empresas del sector que interpuso la denuncia ante la instancia andina. (El Comercio 15/03/2011)

Roberto Abusada, Director Fundador del Instituto Peruano de Economía (IPE) y el cerebro de la reforma comercial peruana, ha sostenido en repetidas ocasiones que Chile decidió su ambiciosa agenda de integración al mundo en Lima, en una memorable -infamous se diría en inglés, en realidad- cumbre de la Junta del Acuerdo de Cartagena (JUNAC). En esencia, los países andinos decidimos sustituir importaciones, ignorando que somos -y lo éramos más aún entonces- economías pequeñas, que tomamos precios e importamos capitales del mercado internacional. Chile, en cambio, decidió adoptar reformas que le permitieran ganar competitividad e integrarse al mundo, en una agenda que ahora nos parece natural, pero que suscitaba iras santas hace unas décadas. De hecho, hasta la suscripción del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, aún había resistencia política (CD 03/12/2007) -que utilizaba como excusa los impactos negativos del acuerdo, reales o supuestos, cuando en realidad solo reflejaba los organizados intereses de los mercas locales-. Hoy, en cambio, el par de organizaciones políticas en carrera electoral que propone renegociar el TLC, sin precisar por qué ni cómo, solo representa el oportunismo político de esta democracia de pose politiquera, slogan de campaña y guerra sucia.

JUNAC se convirtió en la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Poco cambió, sin embargo, salvo el nombre (CD 26/05/2009). El acuerdo comercial sigue siendo, junto a MERCOSUR, un ejemplo de libro de texto de cómo organizarse para desviar y no crear comercio. De cómo no promover la generación de valor, sino promover rentas. Hemos ido zafando del absurdo esquema arancelario de la CAN -diferenciación de aranceles que desincentiva la generación de valores, con insumos en aranceles bajos y productos en aranceles altos-. Los aranceles son, en promedio, cada vez más bajo y su dispersión se ha ido reduciendo, aunque aún no llega a los niveles de 1997, cuando se iba a profundizar la reforma comercial y se terminó retrocediendo, una de las muestras más claras que el equipo económico perdía el último capital político que tenía. Provoca ternura oír a funcionarios de la CAN diciendo que hay que empezar a trabajar en la unión aduanera -el mayor nivel de integración económica- y en la creación de una moneda única. Ello exige, como lo saben hasta los estudiantes de economía, de políticas macroeconómicas consolidadas, en vez del papelón de manejo macro que tienen los bolivarianos.
Nuestro país decidió mantener el rimbombante Régimen Agricultor-Importador-Usuario (AIU), que permitía a los agroexportadores importar directamente productos agroquímicos y expiraba el 17 de mayo de 2010. Para ello, se publicó un Decreto Supremo el 18 de febrero de este año. El “Tribunal de Justicia” de la CAN acaba de darle la razón a una demanda interpuesta por un grupo de empresas del sector: nuestro país enfrenta sanciones comerciales. Nuestro crimen: negarnos a pagar el triple por un producto que vende la empresa a la que representa Rafael Ricci, el abogado que interpuso la demanda. Por eso el título: mercantilistas andinos de cuello y corbata, articulados y hábiles para aprovechar la maraña proteccionista de la CAN en favor de sus intereses.
El destacado biólogo Luis Destefano Beltrán nos contó hace semanas que una de las famosas Decisiones de la CAN le quita viabilidad comercial a los resultados de la investigación científica en nuestra Amazonía. Ven: sustitución de importaciones, desvío de comercio, fallos a favor de menos competencia y más rentas, así como obstáculos al desarrollo de la biotecnología para aprovechar nuestra mega/biodiversidad. ¡Las chicas del CAN CAN nunca dejarán de sorprendernos!
Jose Antonio García Belaúnde, profesional destacado y excelente Ministro, trabajó en la CAN. Una pena que tenga su corazoncito ahí, porque cada vez tienen menos argumentos quienes sostienen que el esquema de integración andina de la CAN favorece a los intereses de nuestro país.