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Columnas de opiniónEstadísticas Regionales

Con los mismos argumentos que se bloqueó Camisea se quieren tumbar el TLC con EE.UU.

21. 09. 2005

21 de septiembre de 2005

El presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales del Perú (Confiep), José Miguel Morales, indicó que es responsabilidad de los líderes y de los partidos políticos que están de acuerdo con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos respaldar el acuerdo y ayudar a la ciudadanía a conocer los beneficios que dejaría para el Perú. (La Primera)

Coincidimos con el gremio empresarial en que el apoyo del gobierno y de los partidos políticos a la firma del TLC con EE.UU. debe venir acompañado de la difusión a la ciudadanía de los enormes beneficios que el acuerdo traería al país. Más aún ante la presencia de opositores que con infundados argumentos y escondiéndose detrás de los temas sensibles (agro y propiedad intelectual) desinforman a la población e incentivan movilizaciones y protestas en contra del TLC que siempre terminan en violencia. Lo peor de todo es que detrás de ello, sólo hay intereses de unos pocos y no los de todo el país.

No firmar el TLC con EE.UU. sería un grave error. Perderíamos la oportunidad de generar mayor inversión, nuevos puestos de trabajo, incrementar nuestras exportaciones, así como ampliar el acceso a productos de buena calidad y bajo costo. No olvidemos que de acuerdo con un estudio del economista Eduardo Morón (2005), con la firma del TLC el PBI peruano sería 4.5% mayor en el largo plazo y la mayor proporción de dicho aumento tendría lugar en los primeros 5 años posteriores a la firma del tratado. Y que según un estudio de Crecer (2004), el empleo total (directo e indirecto) asociado a las exportaciones a los EE.UU. bajo los esquemas del ATPA / ATPDEA pasó de 5,678 puestos de trabajo en 1993 a 744,637 puestos de trabajo en 2003. Cabe precisar que al sector agropecuario se dirigió casi el 60% del empleo directo generado.

Esperamos que no tenga éxito esta interferencia politiquera, que con los mismos argumentos que hoy pretende bloquear el TLC con EE.UU., hace más de 16 años impidió la puesta en marcha del proyecto del gas de Camisea, que debió firmarse en 1988 y que empezaría a operar 2 años más tarde. En aquella oportunidad, no sólo perdimos la posibilidad de adelantar la explotación una fuente de energía más barata que permitiría menores gastos sectoriales por la reducción de tarifas de energía, ni el paso de una posición deficitaria a una superavitaria en la balanza de hidrocarburos, sino que también dejamos de hacer un negocio que habría tenido un significativo impacto sobre el crecimiento del PBI anual de 1%, en promedio, durante toda la vida del contrato. Ya es hora de que se deje de lado la intransigencia y pensemos en el bienestar de todos los peruanos.