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Columnas de opinión

Prudencia fiscal y bilateral EEUU

23. 01. 2003

 

23 de enero de 2003.

Adiós prudencia fiscal

• La Comisión de Presupuesto del Congreso aprobó las modificaciones a la Ley de Prudencia y Transparencia Fiscal, de tal forma que fijó en 2% del Producto Bruto Interno el límite del déficit fiscal para este año, en 1.5% para el 2004 y en 1% a partir del 2005. (Diarios)

• No comprendemos si es la falta de ambición o el pleno conocimiento de la incapacidad propia lo que lleva a los propulsores de la norma a trazar metas de mediano plazo tan mediocres. Pareciera que no consideraran de prioridad nacional la sostenibilidad fiscal. Porque apuntar a un déficit fiscal de 1% del PBI es condenarnos a gastar más (al menos US$500 millones este año) de los ingresos que generamos. Pero no es sólo esto. Resulta que ahora, según la propuesta aprobada, en casos de “excepción” de hasta tres años consecutivos, el gobierno puede desviarse de la meta y generar déficit fiscal de hasta 2.5% del PBI.

• Otras características de esta modificación a la Regla Fiscal son el aumento de la capacidad de gasto del gobierno, la flexibilización de las condiciones y la carencia de claridad. Establece, por ejemplo, que la relación entre el stock de deuda total y los ingresos corrientes de lo gobiernos regionales no deberá ser superior al 100%. Pero, ¿de qué periodicidad se trata? Un gobierno regional podría alegar que se deben considerar sus ingresos corrientes anuales, mientras otros podría pretender que se haga el cálculo en función de todo el período de gobierno.

• Tenemos que saludar la inclusión de los gobiernos regionales. Aunque hubiéramos preferido que, al igual que con el gobierno nacional, la norma incorpore sanciones efectivas para los responsables del incumplimiento de las metas. Los actuales mecanismos de control se refieren únicamente al monitoreo, que es necesario pero no suficiente. Lo ideal hubiera sido considerar el monitoreo trimestral (anual y trianual) efectuado por el Congreso y complementarlo con las sanciones graduales (en caso extremo, penales) para los funcionarios responsables.

• La prudencia fiscal se hace más necesaria aún si consideramos que el gobierno está empeñado en desarrollar un mercado de deuda secundario, en el que deberá atenerse a los vaivenes propios de la fijación de las tasas a pagar por la deuda a emitir (hasta S/2,100 millones en bonos). La incertidumbre en la capacidad de repago de dicha deuda aumenta si consideramos la dación reciente de una serie de mecanismos para forzar a que el Banco de la Nación intervenga en el mercado comprando bonos públicos. Esto sumado a la inexperiencia del gobierno en el tema podrían ocasionar un deterioro fiscal que induciría al mercado a especular cuando la incertidumbre se manifieste, agravando el problema.

• Una falla estructural de la norma aprobada es que asume que el crecimiento de la economía será rápido, cuando no necesariamente será así. Menos aún si se intenta seguir con medidas de reactivación de corto plazo. Un crecimiento rápido podría beneficiar un ajuste rápido. En esta ley, por el contrario, el ajuste y la prudencia se hacen excesivamente lentos. Tanto así que eliminaría la posibilidad de pago de la deuda provisional, que traída a valor actual alcanza ya el 70% del PBI.

• Necesitamos un programa trianual, sí, pero empezando por reducir la meta de déficit fiscal a 1.5% del PBI este año y seguir bajándola gradualmente en los siguientes años hasta alcanzar un superávit estructural de 0.5% del PBI en el 2006. De esta manera, podremos garantizar el pago de los pensionistas públicos y desarrollar también el mercado secundario de deuda sin mayor riesgo, siempre que nos acostumbremos a que el mercado opina, cuesta y pone las condiciones para operar en él.

Definamos de una vez la política comercial

• El viceministro de Comercio Exterior, Alfredo Ferrero, anunció que, como parte de la estrategia del Perú de firmar un acuerdo bilateral con EE.UU. antes del 2004, para anticipar su incorporación al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Raúl Diez Canseco, viajará en mayo a ese país para acelerar el proceso. Ferrero adelantó que el gobierno contratará lobbies para promover el bilateral. (Diarios)

• La lentitud demostrada en la política comercial nos siembra la duda de si se tiene claro o no lo que se quiere hacer. En todo caso, la contratación del lobby hubiera sido necesaria para lograr que RR.EE. y el resto del Ejecutivo se pongan de acuerdo respecto de la integración. Necesitamos una posición única y dejar de “veletear” en política comercial. No nos sirve oscilar entre la CAN y la integración. Las condiciones técnicas no cambian tanto, son los “técnicos” los que se enfilan con los políticos porque no entienden las condiciones técnicas.