Ineficiente gasto público nos lleva a ser uno de los países más desnutridos
25 de febrero del 2008.
El informe «The Lancet: La serie sobre desnutrición materno-infantil», realizado en conjunto por una serie de instituciones internacionales, encontró que Perú es uno de los 36 países que tiene la más alta prevalencia de desnutrición en niños menores de 5 años y que una de las características de este grupo es que el 90% de los niños con retardo en el crecimiento vive en estas regiones. (El Comercio, 22/02/2008)
El Índice de desarrollo humano del PNUD reconoce que Perú en general está mejorando en sus políticas sociales, pero demasiado lento: hemos pasado de un índice de 0.647 en 1975 a uno de 0.773 en 2005. No obstante, aún con este avance no alcanzamos los niveles de hace 30 años de Irlanda o España. Mientras tanto, apenas el 80% de los niños peruanos de un año están inmunizados contra el sarampión (en Panamá y en Brasil ese porcentaje llega a 99%). Huancavelica, Cusco, Apurímac, Cajamarca y Huánuco tienen 40% o más de niños en estado de desnutrición. Es preocupante que con un nivel de crecimiento económico de casi 9% durante el año pasado, no se esté logrando reducir la pobreza a la velocidad que se espera.
Amartya Sen señala que el mejoramiento de las capacidades humanas tiende a traer un incremento en productividad y capacidad de ahorro. Pero por encima de eso, el tema nos tiene que preocupar porque la desnutrición es una manera de perpetuar la pobreza de una generación a la siguiente. El Informe sobre desarrollo humano 2007 – 2008 del PNUD insiste en que si un niño no se nutre correctamente durante los dos primeros años de su vida, sufrirá daños irreversibles y sus opciones de desarrollo económico y social serán mucho menores.
El origen del problema es que nuestro gasto público en programas sociales no solamente ha sido insuficiente, sino además de mala calidad (CD 27/12/2007). Un paso necesario importante es el de continuar reduciendo programas y unificándolos, de tal manera que se puedan ejecutar de manera más eficiente y así evitar los problemas de filtración y subcobertura (CD 05/07/2007). Si en serio se pretende reducir a 30% la pobreza para el 2011 (actualmente estaríamos en 42%), hace falta reformar urgentemente el gasto público en salud y educación. Según Castro & Yamada 2006 del CIUP, la evidencia muestra que los programas de nutrición en el país no están siendo efectivos en la reducción de la desnutrición infantil, sino que están otorgando solamente alivio de corto plazo de la pobreza. Tenemos que hacer los cambios necesarios de inmediato para no continuar perjudicando a las generaciones futuras.
Latino América: Desnutrición y gasto público en salud,
2002-2004 (En porcentaje)
Fuente: PNUD 2007 / Elaboración: Instituto Peruano de Economía
Algunos paÍses de la región gastan más en salud que otros, pero esto no guarda relación con el resultado. Las carencias sociales de la población no se eliminan de acuerdo al monto gastado por el gobierno en sus programas, sino por la calidad del gasto. La buena organización y sostenibilidad de los programas son más importantes.