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Columnas de opinión

LGT incrementa los costos de despido y reduce las oportunidades laborales

28. 09. 2006

28 de setiembre de 2006

Hoy se discutirá en la Comisión ad hoc encargada de la Ley General de Trabajo(LGT) el tema referido a la normatividad de los despidos, uno de los más controvertidos del proyecto de ley, por las posiciones discrepantes que han mantenido tanto empresarios como trabajadores. (Gestión)

Apenas ayer comentábamos la poca disposición que hay para hacer una reforma laboral que promueva la generación de empleo formal. Hoy seguirá el debate de una LGT que insiste en marginar a la gran mayoría de trabajadores. El tema de hoy será el relacionado con el despido. En la propuesta laboralista, el costo del despido se duplica gradualmente entre los años 12 y 24, en relación con la legislación actual (y cuadruplica la de la Ley de Mypes). En la práctica, los sindicatos pugnan por reinstaurar la estabilidad laboral absoluta, mientras que los empleadores están atados de manos por fallos judiciales que poco a poco están legalizando la figura de la reposición. Insistimos en que se necesita una reforma radical, que cambie el rumbo actual del empleo. Chile reformó su marco a fines de los 70 y en el 2003 alcanzó la tasa de desempleo más baja de la región, según cifras del Banco Mundial. ¿Qué esperamos?

“(…) Peor aún, la legislación [laboral] a menudo opera en contra de los trabajadores a los cuales debía proteger”, señala un libro del BID (2004). En el Perú sucede lo mismo. Sólo los políticos no lo ven. El costo del despido en el Perú ya es altísimo (entre compensación, indemnizaciones y demás), bajo la errónea premisa de que se debe “proteger al trabajador”, cuando lo que debieran proteger es el puesto de trabajo. Lo peor es que reconocen que sus políticas no han funcionado y, por el contrario, están aumentando la ya elevada informalidad del mercado. En México y Argentina, dos de las economías con mayores costos de despido, cada semestre, 1 de cada 6 y 1 de cada 9 trabajadores, respectivamente, entran o salen de un trabajo informal. Con estos niveles de movilidad, se legaliza la informalidad. En nuestro país, la LGT también lo haría.

Canziani y Petrongolo (1999) encuentran que en presencia de información imperfecta, como ocurre en los mercados de trabajo, altos niveles de costos de despido tienen severas consecuencias en el empleo y, más aún, en el empleo juvenil. El empleador debe evaluar en términos del costo de oportunidad de contratar, cuando el costo de despido es alto y la información sobre la productividad del trabajador es escasa (más si es joven). Así, los costos altos de despido reducen las opciones de empleo de los jóvenes, aumentan la tendencia al desempleo juvenil, afectan la productividad esperada y contraen la rentabilidad de crear nuevos puestos de trabajo. ¿Acaso es esto lo que quieren para los trabajadores peruanos?

Costos de Despido (En Salarios Semanales), 2004-2006

Fuente: Banco Mundial (Haciendo Negocios: 2005, 2006, 2007) / Elaboración: Instituto Peruano de Economía

Los altos costos de despido han incrementado la informalidad del empleo en lugar de proteger al trabajador. El Perú no ha reducido el costo de despido en los últimos años y ahora se piensa aprobar una ley que lo incrementa. El rumbo del empleo tiene que cambiar, sigamos el ejemplo de Brasil que en el último año ha reducido el costo de despido en más de 4 veces.