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Columnas de opinión

Congreso sigue despilfarrando recursos públicos; ¿no hay quién los detenga?

15. 12. 2005

15 de diciembre de 2005

Ayer el pleno del Congreso aprobó resarcir a una cuarta lista de ex trabajadores cesados durante el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori. Esta nueva lista comprendería a unos 2,225 ex empleados. Como se recuerda, a la fecha ya se ha cumplido con publicar las tres listas ofrecidas, beneficiando a 28,123 trabajadores. (Correo)

Es un escándalo lo que hace el Congreso. No sólo porque genera gasto cuando no tiene esa atribución (y el Tribunal Constitucional no dice “esta boca es mía”), sino porque está cambiando las reglas de juego en varios campos y eso afecta la estabilidad jurídica y desincentiva la inversión. El costo fiscal de lo aprobado ayer es incalculable. Sólo la bonificación permanente para las viudas de la 19990 significará una merma anual de S/.50 millones al Fondo Consolidado de Reservas Provisionales (FCRP), lo que en la práctica implica que el Tesoro asumirá un subsidio mayor para el régimen. Pero eso no es todo. Se aprobó también la renovación de exoneraciones tributarias a los productos y servicios considerados en los apéndices I y II de la Ley del IGV (S/.847 millones anuales, de acuerdo con el MMM 2006-2008), así como una inexplicable cuarta lista de ceses colectivos (¿para qué se pagó por técnicos que hicieron una evaluación de los casos, si al final los congresistas iban a hacer lo que les da la gana?).

Lo peor es que parece que esto recién comienza. En los dos días que quedan se pretende aprobar, entre otras cosas, una desnaturalizada Ley del Empleo Público y quizá hasta se debata en el pleno el escandaloso proyecto que levanta todos los controles a Petroperú, la empresa pública más grande del país que también ostenta la mayor cantidad de escándalos por corrupción de que se tenga conocimiento (entre el 2001 y el 2005 hubo 26 casos por irregularidades, que hoy son investigados por la Contraloría y que implican una pérdida para el Estado de US$56 millones).

Ojalá en lugar de dedicarse a regalar el dinero de los peruanos se propusieran reformar el gasto social en el país y aprobaran presupuestos austeros para poder ahorrar y usar esos recursos en gasto social cuando estemos en la etapa recesiva del ciclo económico. De esa forma garantizarían que el impacto de las crisis económicas en los campos de la educación y la salud sea menor. Esa es la forma correcta de redistribuir eficientemente los recursos públicos y asistir a los que necesitan. Y eso es también lo que recomendó recientemente el Banco Mundial (Do Macroeconomic Crises Affect Schooling and Child Health? Evidence from Peru, 2005). El Congreso debe dejar el despilfarro y actuar con visión de largo plazo. ¿Es mucho pedir?

 

 

La desconfianza en el Congreso ha sido siempre mayor al 80%. Dicha desconfianza es más acentuada en el caso de los empresarios. Lo peor es que se ha incrementado en los últimos años y las actitudes del Congreso empeoran la situación.

 

 

 

 

 

 

Estudio revela impactos positivos del TLC; aprobación y firma no deben esperar

El Instituto Peruano de Economía (IPE) y el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP) presentaron esta mañana el libro “TLC Perú–EEUU: Una oportunidad para crecer sostenidamente”, elaborado por un equipo conjunto de investigadores, liderados por el economista Eduardo Morón. El estudio revela un impacto positivo de hasta 4.6% en el crecimiento del PBI para el vigésimo año de vigencia del tratado.

El congresista Mauricio Mulder (Apra) sostuvo que con su accionar el propio gobierno lleva a que el TLC con EE.UU. sea aprobado en la próxima administración, ya que al no difundir de inmediato el texto del acuerdo está dilatando los plazos para su aprobación por el actual Congreso. (Gestión)

Mientras el resto del mundo busca integrarse y la evidencia sigue sugiriendo que la eliminación de barreras al comercio, así como las reformas relacionadas con la agenda interna de los países (en especial en el tema agrícola) son fundamentales para el desarrollo y la reducción de la pobreza, en el Perú, el Apra y algunos sectores industriales que quieren mantener sus privilegios (franjas de precios, aranceles elevados, etc.) siguen intentando dilatar la firma del TLC con EE.UU. Lamentamos que estos sectores insistan en sus pretensiones personales y no reparen en los beneficios para el país.

Está probado que los beneficios tanto en el corto como en el largo plazo son significativamente mayores a los potenciales costos. Y eso se desprende del libro presentado hoy. La presentación del estudio puede ser descargada en: http://www.ipe.org.pe/publicaciones/docs/Presentacion%20Libro%20TLC%20(CIUP-IPE).ppt. El libro reseña la historia reciente en materia comercial, en la que resaltan los avances logrados con el ATPA y el ATPDEA, pero su importancia radica en la medición del impacto del TLC en el corto y largo plazo. El principal hallazgo es que se obtendría un crecimiento de 4.6% en el largo plazo, debido, principalmente, a las ganancias en productividad producto de las mejoras en tecnología asociadas a la firma del tratado.

También se encuentran resultados positivos en el consumo (5.5% en el año 20), así como un impacto significativo en el nivel de exportaciones en el corto plazo (crecerían 23% al inicio del TLC). El estudio recomienda, en el corto plazo: invertir y reconstruir la infraestructura pública; flexibilizar el mercado laboral; eliminar la frondosa burocracia; reducir los elevados costos de formalización; mejorar la calidad de la educación; reformar los programas sociales para hacerlos efectivos y eficientes; y continuar con la estrategia de apertura a los mercados externos, pero garantizando la integración de los mercados internos.

 

 

El principal impacto del TLC en la economía se daría a través de las ganancias en productividad y, en menor medida, mediante la desgravación y el acceso a un mercado 180 veces más grande que el nuestro.

No hay razón para postergar la aprobación del TLC. Debemos aprobarlo en el Congreso y firmarlo cuanto antes.