Economías regionales tendrían mayor dinamismo este 2024
Informe IPE – El Comercio
Luego de caer en recesión en el 2023, la economía peruana muestra indicios de recuperarse a inicios del 2024: la producción nacional creció 1.4% en enero, la cifra más alta en 13 meses. Sin embargo, este promedio esconde diferencias en el desempeño económico de las regiones: mientras que el norte sigue sufriendo de las secuelas de los fenómenos climáticos, las regiones del centro se han visto favorecidas por un mayor dinamismo de la inversión pública.
Balance del 2023
La economía peruana registró una contracción de 0.4% en el cuarto trimestre del 2023, lo que significó que la producción nacional cierre el año con una contracción de 0.6% y que 11 regiones culminen en terreno negativo.
La región que más contribuyó al resultado negativo del cuarto trimestre fue Lima, que experimentó una caída en su producción de 0.9%, afectada por el retroceso del gasto privado, especialmente de la inversión. Así, los despachos de cemento, vinculados al sector construcción, registraron una caída de 11.6% en ese trimestre.
Por su parte, las economías del norte se contrajeron 1.5%. Este resultado se debió principalmente al efecto negativo de los fenómenos climáticos sobre el agro, cuya producción se contrajo 8%. Solo el avance de la minería en el sur, que creció en 10%, evitó una peor caída de la economía durante el 2023.
Inicio del 2024
En el inicio del año, el sector construcción viene liderando el rebote de la actividad regional al registrar un crecimiento anual de 13.2% en enero del 2024, impulsado principalmente por la ejecución de obras públicas. De acuerdo con cifras del MEF, en los últimos tres meses, hasta febrero del 2024, se registró en promedio un avance positivo de la inversión pública en 20 regiones. Esta expansión está concentrada en proyectos para proteger a las poblaciones vulnerables frente a las inundaciones, principalmente en regiones de la zona centro como Ica y Áncash.
El aporte de la inversión pública al crecimiento regional contrasta con la menor actividad agropecuaria, donde 11 regiones registraron caídas en enero del 2024. Así, se registró un retroceso anual promedio de 10.1% en las regiones del norte, y de 5.1% en el oriente. El significativo retroceso en la zona norte obedece a las repercusiones de las condiciones climáticas adversas del 2023 sobre el mango y la uva, en Piura y Lambayeque. Por su parte, las regiones del oriente experimentaron una fuerte contracción en la producción de cultivos destinados a la agroindustria, como el maíz amarillo y la palma aceitera, afectando en mayor medida regiones como Ucayali y San Martín.
Ello estuvo acompañado por la caída que todavía exhibe la actividad agrícola en las regiones del sur (-2.1%), luego de atravesar una de sus mayores crisis de las últimas décadas en el 2023. En el caso de Cusco, por ejemplo, el retraso de lluvias se tradujo en menores superficies cosechadas de papa, cuya producción experimentó una reducción anual de casi 95% en enero del 2024.
Balance y perspectivas
En lo que resta del año, los indicadores de actividad empresarial disponibles anticipan un mayor dinamismo de las economías regionales, que sería más evidente a partir del segundo semestre. De acuerdo con cifras del BCR, las expectativas sobre la economía a 12 meses han mejorado de forma generalizada durante el comienzo del 2024 en el norte, centro y sur del país, frente a los resultados alcanzados a finales del 2023. El optimismo es significativamente mayor en la zona norte, que sería más favorecida por la recuperación de actividades como el agro y la pesca, ante la gradual disipación de los choques climáticos.
Sin embargo, estos resultados no deben distraer a las autoridades del objetivo de generar un clima de negocios más favorable para la inversión privada, que se ve frenada por la mayor presencia de la inseguridad ciudadana y las economías ilegales a escala nacional. Solo de esa forma se recuperará el empleo y se reducirá seriamente la pobreza.
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