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Prensa

El paso del cangrejo

27. 09. 2017

27 de setiembre del 2017
María Rosa Villalobos
El Comercio

El Perú se encuentra en la mitad inferior del ránking de competitividad del WEF. El pilar con mayor deterioro es el de instituciones. El Caso Lava Jato impactó en la medición.

Nuestro país cayó cinco posiciones en el Ránking Global de Competitividad 2017- 2018 del World Economic Forum (WEF), pasando del puesto 67 al 72 de 137 países. Con este resultado, en los últimos cuatro años el Perú ha perdido 11 posiciones.

Siendo así, en este 2017 nos superan en el ránking cinco países que el año anterior se encontraban detrás de nosotros: Hungría, Chipre, Irán, Jamaica y Marruecos. En lo que respecta a Latinoamérica y el Caribe, este año se ubican delante del Perú:Chile (33), Costa Rica (47), Panamá (50), México (51), Colombia (66) y Jamaica (70).

“El Perú está en la mitad inferior del ránking. Hasta el año pasado estábamos en la mitad superior”, explica Rafael Vera Tudela, gerente de Normas y Regulaciones de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).

—Al detalle—

Tenemos mejoras en cuatro de los 12 pilares: infraestructura, preparación tecnológica, salud y educación básica, e innovación.

Sin embargo, los rubros en los que se registran caídas son mayores en número: instituciones (106 a 116), entorno macro económico, educación superior y capacitación, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia del mercado laboral, desarrollo del mercado financiero y sofisticación empresarial.

Los resultados reflejan en parte que se haya abandonado en el discurso público la urgencia por impulsar las reformas estructurales de largo plazo, que son las que determinan la competitividad de los países, asegura Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE).

Por su parte, Alonso Segura, ex ministro de Economía, resalta que los tres pilares que más caen (instituciones, eficiencia del mercado de bienes y desarrollo del mercado financiero) explican en gran parte el descenso de este año.

Segura explica que, en el pilar de instituciones, ha impactado el vendaval de denuncias de corrupción. Así, el subindicador que más cae es el de comportamiento ético de las compañías, en el que ocupábamos el puesto 101 el año pasado, mientras que ahora estamos en el puesto 121. Además, el subindicador de favoritismo en decisiones de funcionarios de Gobierno pasó del puesto 100 al 114. Y el de pagos irregulares y sobornos pasó del puesto 70 al 89. “Hemos caído por Lava Jato”, concluye Segura, quien agrega que algo similar ocurre con los subindicadores de los otros dos rubros, que se ven afectados por temas circunstanciales.

“Si limpias estos tres pilares del ránking, estamos estables”, agrega. En esa misma línea, Macera aclara que muchos de los indicadores del ránking cuentan con una evaluación subjetiva.

“La percepción de corrupción se ha elevado por hechos que en realidad sucedieron hace algunos años. No sé si es correcto leer el deterioro institucional diciendo que ahora somos más corruptos o menos institucionales que antes”, detalla.

Para Vera Tudela, si bien las situaciones políticas y sociales, como los casos de corrupción o las recientes huelgas, impactan en el resultado del ránking, los problemas de competitividad responden también a la falta de reformas estructurales y avances en infraestructura, salud, innovación e instituciones. En algunos de estos rubros se han mostrado mejoras este año, pero para el dirigente gremial, “aún no estamos donde deberíamos”.

“Somos el país número 8 en el mundo en el que es más complejo contratar. Si no mejoramos esto, no podemos abrirle la puerta a los 12 millones de peruanos que trabajan en la informalidad”, aseguró Vera Tudela.

De hecho, en seis subpilares del estudio nos encontramos entre los peores 10 países del mundo: prácticas de contratación y despido (129), eficiencia del marco jurídico en la solución de controversias (129), calidad de educación primaria (129), crimen organizado (129), confianza en la policía (130) y carga de regulación gubernamental (131).

—CNCF—

El ahora llamado Consejo Nacional de Competitividad y Formalización (CNCF), adscrito al Ministerio de Economía (MEF), debería jugar un papel importante en las grandes reformas estructurales. Sin embargo, según Vera Tudela, la entidad tiene pendiente avanzar en dos frentes: la realización de un plan específico enfocado en regulación tributaria, innovación e infraestructura, y la presentación de resultados. “Hasta hace un año, el CNCF presentaba una rendición de cuentas cada seis meses. Hoy ya no lo hace”, explica.

A ojos de Macera, el CNFC no ha estado funcionando con la fuerza esperada. Por ello, sería vital que este organismo pase a depender de la Presidencia de la República. “Esto te da un poder político mucho más fuerte a la hora de decidir cosas complicadas. Muchos de los indicadores [a mejorar] necesitan reformas políticas de largo plazo. No basta con ajustar tuerquitas. Necesitas compromiso político de más alto nivel”, apunta.

Por su lado, Segura indica que es vital que el CNCF retome impulso, al igual que el plan de diversión productiva. En ese sentido, vio con buenos ojos el relanzamiento de las mesas ejecutivas por parte del MEF.

Este Diario intentó contactar al CNCF, pero no obtuvo respuesta.
 
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