El secreto de Dina
Columna de Miguel Palomino, presidente del IPE, publicada en La República
Apurímac paso de ser la segunda región más pobre del Perú a ser la décima más rica del Perú en solo catorce años. ¿Cómo lo hizo?
Pasado mañana se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que debería ser el principal objetivo de todo gobierno. La celebración nos recuerda que en nuestro país se dio una dramática reducción de la pobreza en los primeros veinte años de este siglo, que fue el más grande logro de la economía peruana. Al reducirse la población en situación de pobreza, de más de 59% en el 2000 a 20% en el 2019, se logró una transformación radical del Perú. ¡Las personas pobres pasaron de ser una clara mayoría a ser una quinta parte de la población, algo probablemente nunca alcanzado en la historia de la humanidad!
¿Cómo se logró esto? Y más importante aún, ¿es repetible? Se logró con una cantidad masiva de inversión de todo tipo, que se sustentó en la confianza de los inversionistas en el futuro del país. Esta inversión permitió la creación de un enorme número de puestos de trabajo suficientemente bien remunerados como para salir de la pobreza. Así de sencillo. No hay otro camino.
Después de ese gran logro, la pandemia y las inadecuadas políticas que le siguieron hicieron que la pobreza aumentara en casi 9%. ¡Tres millones trescientos mil peruanos han caído en pobreza en los últimos cinco años! Es una cifra fácilmente mejorable sobre la cual debería centrarse la discusión nacional. La pobreza ha aumentado debido a que la inversión ha estado prácticamente estancada en estos años; sin inversión no se pueden crear empleos sostenibles. ¡Hoy hay menos empleo adecuado en el Perú que hace cinco años!
¿Cómo fue posible que se diera semejante cambio para mal? La respuesta es que, una vez que se había creado tamaña prosperidad, resultó fácil proponer caminos alternativos al escogido, pensando que en el Perú la pobreza disminuía y el país crecía “por inercia”. Muchos se llenaban la boca en contra de lo que llamaban neoliberalismo económico (que en realidad era simplemente dejar que el mercado funcione con regulaciones más o menos adecuadas) y proponían caminos distintos, en que se despreciaba la inversión y se proponía alguna ruta fantasiosa hacia el crecimiento inclusivo. El resultado lo conocemos todos, un país con serias dudas sobre su futuro en el cual una mayoría de los jóvenes desea emigrar. Un país en el que pocos desean invertir.
Examinemos más de cerca la evolución de la pobreza regional en estos años y tratemos de obtener más luces sobre qué hace prosperar a nuestro país y qué lo detiene. Un reciente estudio conjunto del IPE y el Banco Mundial (con cifras del INEI) confirma que la reducción de la pobreza en Perú fue masiva, con disminuciones de más de la mitad en el porcentaje de personas en situación de pobreza en todas las regiones, y una reducción promedio de dos tercios a nivel nacional desde el 2004 hasta el 2019.
Si bien la disminución de pobreza en una región depende en parte del grado de pobreza del que se parte, podemos contrastar regiones que partieron de niveles similares de pobreza, pero que terminaron mostrando diferencias significativas al cabo de unos años. Si podemos identificar lo que llevó a que en determinada región cayera más la pobreza que en otra comparable, entonces tendremos una valiosa experiencia respecto a lo que es efectivo en reducir la pobreza. En esta columna no tenemos espacio para todas las lecciones, pero discutiremos una en particular.
En primer lugar, es muy útil fijarse en el comportamiento de Apurímac. Entre el 2004 y el 2009, Apurímac fue la única región del Perú en que la pobreza aumentó (de 70,4% a 72%), mientras en el Perú en ese lustro se redujo la pobreza en más de 25 puntos porcentuales (de 59% a 33%). Así, para el 2009, Apurímac era la segunda región más pobre del Perú, solo Huancavelica (que siempre lideró el ranking de pobreza de esos años) tenía ligeramente mayor pobreza (75%).
Pero del 2009 en adelante, en Apurímac, donde antes no había habido inversión significativa alguna, se comenzó a desarrollar el gran proyecto minero de Las Bambas (luego de la etapa de exploración, el estudio de factibilidad se completó el 2009, el 2010 se dio la audiencia pública del EIA y el 2011 este se aprobó). No es casualidad que, desde el 2009, ¡Apurímac haya reducido la pobreza diez veces más que el resto del Perú! Sí, como lo leen: entre el 2009 y el 2023, Apurímac ha reducido la proporción de su población en pobreza en 46,2 puntos porcentuales (de 72,0% a 25,8%), mientras que el Perú la ha reducido en 4,5 puntos porcentuales (de 33,5% a 29,0%).
Pero examinemos los datos más cuidadosamente para ver si el efecto de la minería realmente fue tan grande como sostengo. Basta mencionar tres cifras: El valor de la producción minera de Apurímac, del 2010 en adelante, se ha multiplicado por más de cuarenta; la participación de la minería en el valor agregado total de Apurímac ha pasado de menos de 6% en el 2010 hasta 60% en el 2023. Junto con Moquegua (número 1 en el ranking de competitividad regional del IPE) son los dos departamentos más mineros del Perú.
Pero estas son cifras de producción, dirán los antimineros, “la producción extractiva solo beneficia a los grandes capitales transnacionales y empobrece al pueblo; además, la minería es mala para la agricultura porque usa mucha agua y se priva de ella al campesino”. Pero si se redujo la pobreza a un ritmo diez veces mayor que en el resto del país, ¿no es eso prueba clara de que se beneficia a toda la población? Si la producción agrícola aumento en casi 50%, lo que es más que lo que creció en 15 regiones y un ritmo superior al de Lambayeque, ¿se puede acaso decir que el agro se perjudicó?
Como dijimos antes, en el Perú, la pobreza se reduce aumentando los ingresos por trabajo de la población. Si vemos el ingreso real por trabajo por región, ¡Apurímac ha aumentado en 67% entre el 2009 y el 2023! ¡Esto es más del triple que la segunda mejor región! En el mismo periodo, en el Perú el ingreso real por trabajo se quedó estancado, gracias a la pandemia y al mal manejo de políticas que hubo desde entonces. (Entre el 2004 y el 2019, en el Perú, la cifra de ingreso real por trabajo había aumentado un 37%.)
Estos son hechos objetivos. ¿Cómo pueden decir que la minería responsable no beneficia a la población en general? Casi uno de cada dos apurimeños ha salido de la pobreza tras 14 años de un gran proyecto minero, mientras que en el mismo periodo menos de 5 de cada 100 peruanos salieron de la pobreza.
Todo gobierno, repito, debería tener la reducción de la pobreza como el centro de su atención. Esto es especialmente cierto para un gobierno que ve cómo la pobreza ha aumentado en los últimos años, luego de dos décadas de espectacular mejora. El Gobierno debe buscar reducir la pobreza utilizando los ejemplos claros que existen.
Dina Boluarte, apurimeña ella, debería saber de sobra el secreto del crecimiento. Haría bien en aplicarlo.
Te puede interesar:
Descargar PDF