Como efecto de la globalización, las personas y empresas tienen la posibilidad de invertir su dinero en prácticamente cualquier lugar del mundo. En tal sentido, se conoce como flujos de capital a la cantidad de dinero invertido en un país por individuos o empresas extranjeras. Los países pueden presentar un flujo de capital positivo o negativo. Un balance positivo implica que la cantidad de inversiones realizadas en un país por extranjeros supera la cantidad de inversiones realizadas por nacionales en otros países. Del mismo modo, un balance negativo significa que el dinero invertido en otros países por agentes nacionales supera la cantidad de inversiones realizadas por extranjeros en el país local. Generalmente, la cantidad de inversiones extranjeras que se dirigen hacia un país guarda relación con las garantías que éste ofrezca a los inversionistas y del comportamiento de sus principales indicadores macroeconómicos.
Con respecto a la composición y a los principales sectores que participan como inversionistas, en los setenta las inversiones las realizaba principalmente del sector público y consistían fundamentalmente en financiamiento bancario; a partir de los noventa, el sector privado empieza incrementar su participación realizando inversiones directas en diversos sectores e inversiones en activos financieros.