IA: la nueva electricidad
Columna de Victor Fuentes, gerente de Políticas Públicas del IPE, publicada en El Comercio
La inteligencia artificial (IA) está cambiando el mundo y tiene el potencial de alterar de manera rápida y significativa los negocios y la dirección del crecimiento global. El impacto que tendrá esta revolución tecnológica sobre el desarrollo económico y social es comparable con la adopción de la electricidad hace casi 100 años.
La acelerada adopción de esta tecnología evidencia su potencial. Para alcanzar los 100 millones de usuarios a nivel mundial, a la telefonía fija le tomó 75 años, a los celulares 16 años, al Internet 7 años y al WhatsApp 3 años. ChatGPT, una de las principales aplicaciones de IA, lo logró en apenas 2 meses. El potencial de la IA va más allá de aplicaciones del día a día como recomendaciones de películas en Netflix o filtros de reconocimiento facial en TikTok. Su verdadero impacto reside en su capacidad para incrementar la productividad laboral. “La productividad no lo es todo, pero a largo plazo es casi todo”, según el premio Nóbel de Economía, Paul Krugman.
Según un estudio de la Escuela de Negocios de Harvard, los consultores que utilizan IA generativa, como ChatGPT, complementan un 12% más de tareas y las terminan un 25% más rápido, en promedio. El impacto de la IA también se empieza a extender a la gestión pública. Por ejemplo, en Togo, el uso de IA mejoró la focalización de un programa de transferencias monetarias al reducir la filtración y asegurar que los fondos lleguen a quienes más lo necesitan.
Así, es crucial formular políticas públicas que promuevan la difusión de la IA en toda la economía. Según McKinsey, la IA podría contribuir con 5% del PBI de América Latina y el Caribe para el 2030. Un tercio del impacto previsto será en Norteamérica (15%). Según Naciones Unidas, el menor impacto en nuestra región es el reflejo de una limitada inversión pública en ciencia y tecnología, insuficientes niveles de habilidades necesarias para adoptar la IA y la elevada informalidad e incidencia de las pequeñas empresas en la economía.
Típicamente, las transformaciones tecnológicas siguen el patrón de una “J”: un lento avance al inicio y, después de cierto punto, la mejora es exponencial. Para que el Perú se suba oportunamente a esta ola y contribuya al desarrollo del país, es clave que empresas y el Gobierno trabajen juntos en una mayor adopción y uso eficiente de la IA.
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