«La situación del país hubiese sido mucho peor de no ser por la minería»

Rumbo Minero
¿Cuál es el balance económico del Perú para el 2023?
Tenemos un año complicado. Es un año, en que, quitando la pandemia, en IPE proyectamos que vamos a tener una caída en el PBI. Hoy han salido las cifras de setiembre y, con esas cifras, para alcanzar los estimados del Banco Central o del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que con los ajustes han quedado en 0.9% y 1% el PBI tendría que crecer a más del 5% durante el último trimestre. Lo que implica que van a ajustarlo y seguro que se va a aproximar mucho a cero por ciento o a un número ligeramente negativo como el que teníamos en el IPE, que es de -0.3%.
Con este resultado de setiembre, ya lo que tenemos son tres trimestres en negativo para la economía peruana, que es algo que no ocurría desde los años 90.
¿Qué tanto ha aportado la minería para atenuar ese retroceso?
Muchísimo, porque, claramente la situación hubiese sido mucho peor de no ser por la minería. Porque en lo que va del año hemos tenido una caída de alrededor del 0.6% del PBI, lo que debería terminar con el estimado que ya teníamos en el IPE, que es cercano al cero por ciento. Pero si no hubiera sido por la minería, ese 0.6% de caída habría sido mayor. Esto debe hacer que nos demos cuenta de lo importante que ha sido y es la minería para la economía del país, para tener más inversión, más actividad económica, más ingresos, más recaudación y más empleo
¿Y qué balance tiene del sector a estas alturas?
En cuanto a lo positivo, que se concluyó Quellaveco. Lamentablemente, y esto es lo negativo, no tenemos más mega- proyectos de inversión concretos como ese. Y es que, en los últimos años, no solo hemos visto la reducción del número de proyectos con fechas definidas, sino también otros que han tenido retrasos, con lo que ahora los proyectos con fechas definidas son muy pocos: menos de 10 de una cartera de 46 proyectos.
Pero el arranque de Quellaveco ha sido muy importante, además, porque que nos ha permitido seguir creciendo este año, por lo menos en lo estadístico; más aún si consideramos que el año pasado grandes minas como Las Bambas y Cuajone estuvieron cerradas por dos meses en el primer semestre. El hecho de que no hubiese este tipo de paralizaciones este año, sumó también a la recuperación.
¿Cómo terminamos sin nuevos grandes proyectos mineros después de los que ya habíamos logrado?
Yo creo que eso está vinculado con factores externos e internos. En cuanto a los externos, creo que el principal es el hecho de que el súper ciclo del boom de precios que tuvimos hace unos años, y que generó el incremento increíble de las inversiones anuales en exploración y explotación no se repitió. Prueba de ello es que la inversión en el sector, en promedio, no llega ni a la mitad de lo que fue en ese ciclo.
Y en el plano interno, creo que eso se originó por dos factores. Primero, sin duda, por la crisis política que vivimos desde el 2016, que se fue acentuando y que explotó en estos últimos dos años. Y, segundo, por el incremento importante de los procesos administrativos y por la multiplicidad de opiniones de distintas entidades involucradas en los procesos relacionados con el sector, y que no trabajan de la manera más eficiente. De hecho, son estos dos aspectos los que han terminado reflejándose en el ránking del Instituto Fraser, donde en los últimos cinco años hemos caído 50 puntos en el indicador de competitividad para la minería.
Entonces, esa suma de factores políticos y regulatorios, a los que debemos añadir el de la conflictividad social, han terminado por convertir al Perú en una plaza poco atractiva para los inversionistas extranjeros, quienes han optado por desviar, retrasar o suspender sus inversiones ante estas condiciones en las cuales se encuentra el país.
Precisamente, y al parecer con el objetivo de comenzar a revertir esa situación, el Gobierno ha anunciado una serie de medidas para facilitar la concreción de algunos proyectos mineros en los próximos dos años. ¿Qué opinión tiene sobre esta iniciativa?
Que espero que se concrete porque es algo importante para el sector y el país, pero soy demasiado escéptico acerca de los plazos en la medida que, como ya lo hemos visto antes, ha habido atrasos reiterados en las fechas definidas inicialmente.
En todo caso, este solo hecho muestra un cambio de actitud respecto a la que otros gobiernos han mostrado sobre el sector, de los cuales el Gobierno de Pedro Castillo es el ejemplo extremo.
Sí, creo que es bastante loable lo que estamos viendo este año en comparación con lo ocurrido en el Gobierno de Castillo, que fue un desastre para la minería en cuanto a generar la confianza y seguridad jurídica que requiere para su desarrollo. Basta recordar que incluso quiso revocar de manera intempestiva licencias mineras que el propio Estado había dado.
En ese sentido, creo que es una buena señal haber dejado eso atrás, así como es el hecho de que la actual gestión gubernamental esté dando señales más claras, como el destrabe de los siete proyectos y los anuncios de los ministro Alex Contreras y Óscar Vera, de Energía y Minas, sobre que hay otros proyectos relevantes a impulsar, entre los que están La Granja, Río Blanco, Los Chancas, entre otros.
Pero el Gobierno ha emitido también señales contradictorias que hay que evitar.
¿Como cuáles?
Como las que hemos visto hace unas semanas en la discusión sobre Tía María cuando el Ministro de Energía y Minas afirmó que el Gobierno impulsaría ese proyecto y el Premier negó inmediatamente ese anuncio y puso orden; con lo que se dio una de esas señales mixtas en que un ministro dice una cosa y el otro dice lo contrario.
Son estas señales contradictorias las que hay que evitar si realmente se quiere sumar e impulsar las expectativas empresaríles, en este caso las de los inversionistas mineros.
Por la no ejecución de varios proyectos mineros -en los últimos 15 años- el país ha perdido más de 500 mil puestos de trabajo permanentes y la oportunidad de sacar de la pobreza a 1.7 millones de personas.
Entre los anuncios recientes estuvo también la decisión de simplificar los trámites que realizan las empresas mineras ante las entidades relacionadas al Senace.
Sí, porque finalmente ya se definió que se debe fortalecer el Senace, ya se identificó que hay una serie de procedimientos que no se están dando en los plazos indicados, y por tanto hay que ajustarlos. Y que esto, además, no significará el relajamiento de las exigencias medioambientales, que es un tema que preocupa a más de un crítico sobre la minería, sino que implicará principalmente que las entidades públicas vinculadas a ese sector atiendan las solicitudes en los plazos debidos establecidos en sus propias normas.
Si otros países que tienen estándares medioambientales altos lo hacen en tiempos más cortos, ¿Por qué el Perú no lo puede hacer?
Buena pregunta. ¿Por qué cree usted?
Creo que, porque hay muchos sectores que ganan con esos retrasos y que los utilizan para negociar procesos y procedimientos más rápidos o en tiempos más cortos, con lo que gana la corrupción. Lo vemos en el caso de autoridades subnacionales, que aprovechan esos tiempos para negociar con las mineras. Pero eso permite también que ganen una serie de organizaciones y grupos de interés para plantear demandas concretas y ejercer presión sobre las empresas mineras, incluso cuando se encuentran fuera de la zona de influencia. Sin duda, hay mucha de esta dinámica que ocurre hoy alrededor de una mina. Lo hemos visto.
Si se logran alcanzar los hitos que ha prometido el Gobierno, es posible que a lo mejor eso contribuya a generar un momentum de confianza en que las cosas se pueden hacer mejor y eso facilite el inicio de nuevos proyectos.
Por otro lado, creo que la razón másgran- de por la cual los plazos no se cumplen es porque no hemos terminado de fortalecer a las instituciones vinculadas a la actividad minera. Me parece inaudito, por ejemplo, que el Senace, que está llamada a articular las opiniones de diversas entidades para la concreción de proyectos mineros, y que por tanto es un actor muy importante para ejecutar la cartera de proyectos mineros que tenemos, que es de más de 50 mil millones de dólares, tenga un presupuesto de 40 millones de soles, sea chiquita y opere con evidentes deficiencias. Y, peor aún, que esto venga ocurriendo desde hace 10 años, que es lo que tiene funcionando, loque demuestra que hemos fracasado en el desarrollo de la institucionalidad necesaria para que la principal actividad del país, como es la minera, se desenvuelva plenamente.
Problema que se observa también en la incapacidad estatal para invertir eficientemente los recursos, particularmente los del canon y regalías mineras.
Sí, porque es esa debilidad institucional la razón por la que el Estado ha fallado en proveer de los servicios necesarios a las zonas de influencia minera, por ejemplo. Y eso es inaudito cuando el año pasado se logró un récord de más de 100 mil millones de soles por canon. ¿Cómo es posible que con esos recursos sigamos teniendo brechas de la magnitud de las que tenemos hoy?
Todo eso tiene que ver con nuestra debilidad institucional como país, con nuestro fallido proceso de descentralización, con la falta de competencias, lo que genera una insatisfacción en la ciudadanía respecto a las empresas mineras, y termina en comentarios como que ‘la minería explota los recursos de nuestras regiones y no deja nada a cambio’.
E incluso cuando les explicas que los recursos existen, pero que el problema es su ejecución, la insatisfacción se traslada a las autoridades y, como consecuencia, hacia el sistema de democracia en general. Y esto es entendióle, porque es imposible que la democracia funcione si tienes un Estado que está obligado a garantizar y proveer servicios a los ciudadanos, pero que no lo hace.
Esto es lo que viene ocurriendo en el Perú y es lo que provoca que haya grupos que propongan una nueva constitución o un ‘cambio del modelo’ para resolver el problema, cuando lo que se necesita es mejorar la gestión.
¿Qué tanto ha contribuido a esa situación el actual esquema de descentralización del país?
Muchísimo, creo yo, porque claramente es un proceso fallido. Y es que, por ejemplo, ese sistema ha dividido al país en dos mil municipios, provincias y regiones, y es imposible conformar dos mil equipos administrativos eficientes para poder diseñar y ejecutar proyectos de inversión pública en cada uno de ellos, o para poder navegar sobre la administración y los procesos que existen en el Estado para concretarlos. Es imposible. (Ver recuadro aparte sobre este tema).
Finalmente, ¿Cómo ve el panorama futuro del sector?
En el plano externo, el avance de las ‘Economías verdes’ es una gran oportunidad para el país en cuanto, según se ha proyectado, generaría que la demanda de cobre se triplique, lo que será favorable, ya que el Perú está entre el segundo y tercer lugar de los países con las mayores reservas de cobre en el mundo. El reto, sin embargo, es cómo hacemos para que esas reservas se conviertan en mineral extraído.
En ese sentido, si se logran los objetivos del ‘Plan Unidos’que el Ejecutivo anunció hace poco, y que comprende acciones relacionadas con la minería y el fomento de la inversión privada, creo que hacia finales del primer trimestre del 2024 deberíamos ver mejores expectativas empresariales respecto a la inversión privada y las inversiones mineras.
Y si es así, se concretarían los siete proyectos que ha priorizado el MEF, que comprenden un monto cercano a los US$ 5 mil millones, hacia lo que deberíamos avanzar es a concretar otros proyectos, como La Granja y Michiquillay, que están en Cajamarca y que sin duda representan otra oportunidad que tenemos.
En resumen, entonces, si se logran alcanzar los hitos que ha prometido el Gobierno, es posible que a lo mejor eso contribuya a generar un momentum de confianza en que las cosas se pueden hacer mejor y eso facilite el inicio esos nuevos proyectos
- DESCENTRALIZACIÓN FALLIDA: ¿CÓMO RESOLVERLA?
¿Qué se debe hacer para componer los graves defectos del actual sistema de descentralización?
Para atacar el fondo de ese problema se debería emprender una reforma del sistema, pero es claro que, por sus dimensiones -sería la más grande que requiere el país- políticamente sería muy complejo de hacerla hoy.
Ante eso, sin embargo, lo que creo que puede hacerse es avanzar en la solución de la parte del problema relacionada con la distribución de los recursos, comenzando con una mejor distribución de lo correspondiente al canon y de las regalías mineras. Y, luego, poner énfasis en la ejecución de proyectasen las regiones, comenzando en aquellas que tienen los mayores déficits.
Complementariamente, lo que deberíamos hacer, aunque sea de manera temporal, es ‘recentralizar’. Me explico para que el término no se entienda mal. Yo creo que el ciudadano no debería de verse perjudicado porque su autoridad más próxima no es capaz de ejecutar obras de agua y saneamiento, recoger la basura, ponerle alumbrado público o repararle la escuela. Entonces, lo que planteo es que, si la autoridad local no está en la capacidad de proveer esos servicios, la responsabilidad de hacerlo debe ir subiendo.
Es decir, si este año la autoridad distrital no lo puede hacer, entonces que lo haga la autoridad provincial; y si no lo puede hacer la provincial, que lo haga la regional. Y ya el próximo año, por ejemplo, cuando ellas hayan desarrollado las competencias y tengan los recursos para hacerlo, esa responsabilidad regresa al ámbito inferior.
Creo que esta puede ser una alternativa temporal para que los ciudadanos del país no se sigan perjudicando. Y es algo que se puede hacer sin necesidad de cambiar nada; sin reducir el número de municipios, sin fusionarlos, sin cambiar las reglas políticas; y se podría lograr en un mediano plazo. En suma, es una solución que serviría por distribuir y ejecutar mejor los recursos.
- PROYECCIONES Y TAREAS PARA EL 2024
¿Qué perspectivas y tareas ha definido el IPE para la economía del país en el 2024?
En el plano económico, en el IPE esperamos un crecimiento de alrededor del 2% del PBI, pero eso está sujeto a varias contingencias. Una de ellas es la que he mencionado: que el plan propuesto por el Ejecutivo alcance los hitos que se ha planteado; y la otra es la relacionada con del Fenómeno de El Niño.
No obstante, es necesario tener claro que, incluso si todos esos factores resultan a nuestro favor, un crecimiento de 2% del PBI es insuficiente para cerrar las brechas que existen en el país; principalmente para reducir la pobreza.
Ante ello, y ya en el plano de la gestión, lo que debemos hacer a mediano y largo plazo es trabajar más en la mejora de nuestra competitividad y productividad como país, una tarea que hemos descuidado bastante en los últimos 10 años. Y más en los últimos, en los que se abandonaron las políticas de Estado relacionadas no solo a esos dos temas, sino también al combate contra la anemia y la desnutrición, por ejemplo, que están en los planes, pero sobre las que no hemos hecho nada.
Entonces, creo que el reto para el mediano y largo plazo es cómo logramos impulsar y mejorar nuestra competitividad y productividad, y aquí la minería es factor clave para hacerlo. El mejor ejemplo de ello es Apurímac, que es hoy una región más competitiva gracias a la actividad minera en la región, lo que es la prueba más fehaciente de que ese es el camino. Por eso, creo que, el impulso de la minería puede promover también este trabajo para lograr un país más competitivo y productivo.
- LOS COSTOS DE LO QUE NO SE HIZO EN MINERIA
El IPE ha elaborado un estudio para valorizar lo que ha perdido el país por los proyectos mineros que no se ejecutaron en los últimos años. ¿Cuáles son sus conclusiones?
Que el costo fue grandísimo. En concreto, identificamos 23 proyectos que no se ejecutaron en los tiempos previstos en los últimos 15 años y valorizamos lo que perdimos como país debido a que, consecuentemente, como no entraron en fase de inversión ni de operación, hubo inversión que no se realizó, empleo que no se generó y mineral que no se extrajo, por lo que tampoco se vendió.
La conclusión de ese estudio fue que, en ese periodo de 15 años, el Perú perdió un monto equivalente al PBI de un año, así como lo equivalente a casi un año de recaudación; esto es, 5/123 mil millones. Pero, además, descubrimos que hemos perdido más de 500 mil puestos de trabajo permanentes y la oportunidad de sacar de la pobreza a 1.7 millones de personas.
Esa es la potencia que tiene la minería como actividad. Porque, en general, todas las actividades económicas que involucran inversión pueden ayudar a mejorar los resultados en todas esas variables, pero la minería es de la más potentes para conseguirlos.
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