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PBI del sur podría perder más de S/ 1,500 millones si repunta conflictividad en 2024

24. 01. 2024

Informe IPE – Gestión

Durante el 2023, el Perú ­enfrentó un incremento de la­ conflictividad social que significó un máximo histórico de 1,261 acciones colectivas de ­protestas en el primer trimestre del año, según la Defensoría del Pueblo.

Si bien estas disminuyeron a lo largo del año, aún se mantienen muy por encima de sus niveles de la década previa y han tenido efectos persistentes sobre la economía y la confianza para invertir.

El Instituto Peruano de ­Economía (IPE) compartió en ­exclusiva con Gestión un informe sobre lo que se espera para este año. La posibilidad de un escenario similar en 2024 es un riesgo latente que puede ­amenazar la recuperación ­económica prevista.

Conflictividad en aumento

En 2023, el Perú enfrentó un significativo aumento de la conflictividad social y acciones colectivas de protestas, principalmente en el sur del país, ocasionando notables efectos adversos sobre la economía y el empleo. En los últimos tres ­trimestres de ese año, se ­registraron 300 acciones de protestas en promedio cada mes, el doble del promedio mensual de la década anterior, evidenciando un entorno de mayor ­inestabilidad social y política.

El año pasado, la zona sur del país concentró la mayoría de las protestas a nivel nacional. Solo en diciembre, las regiones del sur registra ron 89 acciones colectivas de protestas, lo que representa el 38% de las 235 registradas a nivel nacional.

Estas estuvieron ­ principalmente concentradas en ­Arequipa (29), Puno (17) y Cusco (16). Producto de ellas, la actividad económica registró un impacto negativo significativo, ­especialmente durante la primera mitad del año, mostrando ­efectos más persistentes que lo­ anticipado inicialmente.

El sector minero, que­ representa el 38 % del PBI de la zona sur, sufrió el bloqueo de vías y tomas de instalaciones de unidades de producción. Una de las regiones más afectadas fue Puno, donde la mina San ­Rafael detuvo sus operaciones más de mes y medio,­ ocasionando una disminución de 48.1% en la actividad minera en la región durante el primer trimestre de 2023. Sin la ­conflictividad social, el IPE estima que la economía de Puno ­habría crecido 4.7% en el primer trimestre del año, en lugar de la caída observada de 9.6% Además, el bloqueo del corredor minero sur el primer trimestre del año impactó fuerte mente sobre la producción metálica en Apurímac (-14%).

El clima de conflictividad también significó la paralización de las actividades vinculadas al turismo, como transportes, alojamiento y restaurantes. Por ejemplo, según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), el arribo de visitantes extranjeros a los­ establecimientos de hospedajes se redujo 16% en Cusco y 38% en Puno entre enero y octubre de 2023, mientras que a nivel nacional creció O.5%. Además de su efecto inmediato sobre la economía y el empleo, la conflictividad social conllevó al ­deterioro del atractivo del país como destino turístico, lo cual ­tomará tiempo revertir.

Empleo e inversión

La contracción del sector ­ servicios impactó significativamente sobre el empleo y la ­ recuperación de los ingresos de las ­ familias. En las ciudades principales de cinco de las siete­ regiones del sur del país, el empleo disminuyó durante los tres ­primeros trimestres del 2023. En Puno, el retroceso fue de 11.2%, mientras que en Cusco y Arequipa de 5.0%. Esto contrasta con el crecimiento de 0.4% del empleo urbano a nivel nacional en el mismo periodo. Aunque parte de la caída del empleo en el sur responde a la disminución del sector agropecuario, afectado por factores climáticos, dicho escenario se ha visto agravado también por la menor actividad en el resto de los sectores.

Más aún, el episodio de ­violentas manifestaciones y bloqueos de carreteras en las regiones del sur deterioró la ­ confianza del sector privado para ejecutar nuevos proyectos de inversión, evidenciado en la persistencia de las expectativas empresariales en terreno negativo a lo largo del 2023.

Prueba de ello es que los ­despachos de cemento en estas regiones acumularon un ­retroceso de 15% hasta noviembre de 2023, cifra que supera a la caída en el resto del país (-10%). Este resultado se dio en un ­contexto de ausencia de ­inversiones que sustituyan la puesta en operaciones de Quellaveco y una menor disponibilidad de liquidez en los hogares para destina rio hacia el gasto de autoconstrucción.

Al agregar estos efectos, el IPE estima que, sin el ­significativo repunte de la conflictividad social, el sur del país ­hubiese podido crecer alrededor de 4% durante el 2023, en lugar del 3.1% que habría registrado al cierre del año pasado. Esta diferencia se explica ­principalmente por las repercusiones negativas de los conflictos­ sobre la actividad minera en los primeros meses del 2023.

Mirada 2024

Para el 2024, el IPE estima que el crecimiento de la zona sur sería de 2.8%, en un contexto de menor dinamismo de la­ minería ante la disipación del efecto Quellaveco. Ello sería parcialmente contrarrestado por el mayor avance de la actividad agrícola, tras una de sus mayores crisis en las últimas décadas y la recuperación de rubros ­vinculados al turismo.

Sin embargo, este escenario base se encuentra sujeto a­ riesgos provenientes de la elevada incidencia de protestas, ­particularmente en el Corredor­ Minero Sur, vía clave que conecta importantes yacimientos ­mineros con los puertos de Matarani (Arequipa) e Ilo (Moquegua).

De los 65 conflictos mineros identificados a nivel nacional al cierre de 2023, 54 se­ concentran en el sur, con la mitad de ellos ubicados en el tramo Apurímac-Cusco del Corredor ­Minero, cerca de las minas Las Bambas, en Apurímac, y Constancia y Antapaccay, en Cusco.

En un escenario donde la conflictividad y protestas ­escalen a sus niveles de 2023, la ­actividad de la zona sur podría verse nuevamente afectada por la paralización de ­yacimientos ubicados en el corredor minero, y por una menor confianza empresarial que­ limitaría la recuperación de los sectores vinculados a la ­inversión como la construcción. ­Bajo este escenario, el IPE estima que la proyección de crecimiento de la zona sur se ­ajustará en aproximadamente un punto porcentual, pasando de 2.8% a solo l.9%.

Para evitar estos resultados y revertirías pérdidas de ­empleo y mayor pobreza que trajo la conflictividad y recesión del 2023 a la zona sur del país, es clave que las autoridades responsables garanticen una gestión efectiva de la conflictividad y soluciones que­ promuevan el desarrollo a largo plazo.

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