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Prensa

Recursos frente a la pandemia

11. 05. 2020

11 de mayo del 2020
El Comercio

Informe IPE – El Comercio

El Gobierno ha inyectado más de S/ 1.063 millones al sector salud para potenciarlo y hacer frente al COVID-19. En dos meses, se ha ejecutado poco más del 25% de esos recursos.
 
Hace dos meses, el 11 de marzo, el Gobierno Peruano publicaba el primer Decreto de Urgencia (D.U.) con medidas urgentes y excepcionales para hacer frente al COVID-19. Ese D.U., el 025-2020, marcó el inicio de una serie de 32 decretos de urgencia y supremos, con los que se asignaron cada vez más recursos a la lucha contra esta pandemia.

Con todas las disposiciones lanzadas por el Ejecutivo, se inyectaron S/5.752 millones (un 0,77% del PBI) más al sector público para financiar el combate a la pandemia, según el portal de consulta de recursos para el COVID-19 del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

De ese total, unos S/1.063 millones fueron destinados al sector salud, el segundo sector que más dinero recibió, después de protección social (S/3.008 millones). Esta cifra representa 6% del presupuesto para salud de este año, pero la ejecución deja entrever un desafío pendiente en la gestión de esos recursos. Los datos del MEF revelan que, al 8 de mayo, se habían ejecutado S/271 millones; es decir, un avance de 25%.

Esa tasa de ejecución es similar en los tres niveles de gobierno, pero al ver el detalle por tipos de transacción resaltan diferencias importantes. Por ejemplo, en la lucha contra el COVID-19 es esencial adquirir equipos y aparatos médicos. Para este fin, se han asignado S/209 millones y se han ejecutado S/74 millones; lo que supone un 35,4% de avance.

Sin embargo, como es usual, el avance es más lento en la construcción de nueva infraestructura. Se dispone de poco más de S/21 millones para este fin, pero solo se ha utilizado el 1,2%. Es importante notar que todo ese presupuesto está en manos de los gobiernos regionales, donde los hospitales han excedido su capacidad de atención.

—Las demoras—
Por el lado del gasto corriente, la demora en la gestión de los recursos se hace más notoria. Por ejemplo, se han presupuestado S/300 millones para comprar suministros médicos en la coyuntura de la emergencia; lo que incluye productos farmacéuticos, materiales, insumos, instrumentos y accesorios.

Tras dos meses, se han utilizado algo más de S/50 millones (el 16,7%), en un contexto en que los trabajadores del sector reclaman equipos de protección personal (EPP). Además, como se recuerda, se han detectado indicios de mal uso de esos recursos. Por ejemplo, la fiscalía intervino un local del Centro de Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), adscrito al Ministerio de Salud (Minsa), investigando una presunta compra irregular de mascarillas N-95.

A pesar de contar con los recursos, ¿por qué no se ejecutan más aceleradamente durante la emergencia sanitaria? Paulina Giusti, directora del Instituto de Análisis y Gestión, explica que los procesos de compras en el Estado usualmente son complicados, y la fiscalización genera temor en los funcionarios públicos.

“Hay que trabajar en simplificar los procedimientos, racionalizar la fiscalización y repensar qué cosas se pueden estandarizar”, observa.

En ese sentido, por ejemplo, considera que Perú Compras –la central de compras públicas del Estado Peruano– puede ser un aliado potente para la adquisición de bienes estandarizados, como son los EPP. “[Perú Compras] tiene más especialización y puede hacer grandes compras nacionales, además de certificar proveedores con acuerdos marco”, sostiene.

—Previsión—
La respuesta ante la pandemia, en términos de recursos, ha sido similar en el Perú y en Chile, cuyo ingreso por habitante duplica al peruano. En el vecino del sur se han destinado US$226 millones para insumos médicos, equipamiento y fortalecimiento hospitalario.

Con esos recursos, ha pasado de tener 22 camas de hospital por cada 10.000 habitantes –antes de la pandemia– hasta 23,1. De acuerdo con sus autoridades, el 50% de los ventiladores mecánicos todavía está disponible por si fuera necesario.

Pero Chile comenzó su preparación para enfrentar la pandemia en enero y, el 7 de febrero, decretó la alerta sanitaria y centralizó el sistema de salud. Para el caso peruano, Paulina Giusti lamenta que se hubiera reaccionado tarde y ello retrasó la compra de pruebas y equipos.

Por otro lado, Pablo Lavado, investigador de la Universidad del Pacífico, resalta la experiencia de Colombia en cuanto al gasto en el uso de tecnología para el monitoreo de datos.

Según Lavado, en el país vecino, además del presupuesto destinado a salud, se ha priorizado la inversión en el desarrollo de aplicaciones que permiten la identificación de las zonas con mayores contagios para una mejor dirección de políticas. Asimismo, señala, se han abierto los canales de apoyo de académicos, especialistas y epidemiólogos.
 
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