Sin educación no hay competitividad
Marilú Martens
Hace unas semanas se publicó el informe de los Resultados del Ranking de Competitividad Mundial 2022, que, a través de indicadores agrupados en 4 pilares, desempeño económico, eficiencia del gobierno, eficiencia de negocios e infraestructura, calcula anualmente los avances o retrocesos en términos de competitividad de los varios países, entre ellos el Perú. Si bien en cierto, Perú mejoró en posiciones respecto al año anterior, como bien lo señala el propio informe “esta mejora” se produjo debido al impulso económico de recuperación post pandemia centrado solo en el pilar de desempeño económico, mostrando en los otros rezagos, lo que implica un estancamiento1.
¿Qué pasó entonces con el Plan Nacional de Competitividad? Ese documento importante de política pública que piensa el país a largo plazo con medidas concretas de acción de corto y mediano plazo articuladas entre el Estado y el sector privado. Respecto a los avances plan, el MEF ha indicado hace poco que desde el 2019 se ha logrado alcanzar el 38.5% de sus objetivos, y que se plantea una reactualización2. No pretendo analizar los avances de todo el plan, pero si quiero poner atención al objetivo prioritario 2 que trata de Fortalecer el Capital Humano3, que es sin duda un factor crucial en el desarrollo de un país.
Dentro del objetivo 2, existen diez medidas importantes para lograr mejorar el capital humano, Por ejemplo, la medida tres, que se refiere al aseguramiento de la calidad y articulación de la educación técnico – productiva, según el seguimiento que lleva a cabo el Consejo Privado de Competitividad (CPC), se han realizado algunos avances significativos como el licenciamiento de 93 universidades de 1414, elevando a estándares mínimos la calidad educativa para poder consolidar una mejor educación superior con profesionales capaces. Sin embargo, los avances en el licenciamiento de los institutos de educación superior tecnológica públicos y privados se han detenido. De acuerdo con el MINEDU, a marzo del 2022, se habían licenciado 93 IEST de un total de 865, eso representa poco más del 10% de avance, cuando se estimaba que para julio del 2021 se estuviera en el 30% aproximadamente5.
Así también la medida 4, que implica los Institutos de Excelencia (IDEX), el CPC señala que, si bien para el 2022 ya se cuentan con al menos 4 IDEX licenciados, se esperaba que para diciembre del 2019 debía haber 19 expedientes técnicos viables de IDEX, esta meta a la fecha no se ha culminado y se lleva un retraso de más de dos años6.
Todo avance respecto a la educación técnico-productiva es esencial debido a que según datos de la encuesta del ENHAT 2017-20187 se reflejaba por ejemplo, que el 47% de la empresas formales tiene dificultades para contratar al menos uno de los trabajadores que necesita y un 43% de los empleadores señalaba no poder encontrar trabajadores con las habilidades que requiere, así 1 de cada 4 empleadores consideraba que cubrir puestos de oficios calificados había sido más difícil que en años anteriores y por ende el 25% de las vacantes difíciles de cubrir se debía a la falta de profesionales técnicos8.
El panorama no promete mejorar en medio de la inestabilidad política que atravesamos, a lo que se suma una serie de cambios inesperados de gestión en puestos claves dentro de la administración de la educación, que no han tenido un enfoque prospectivo sino más bien atender lo inmediato descuidando así el horizonte mayor.
En ese sentido, esperamos que el Estado se muestre más enérgico en la defensa de sus políticas educativas ante las contrarreformas planteadas desde el Congreso de la República que mellan el desarrollo de capital humano. Por ello, es vital que se brinde todo el soporte a la reforma educativa que venía bien encaminada y evitar la atrofia en la conformación de la SUNEDU que ha sido el objetivo que persiguen algunos pocos que por interés político o mercantilista buscan restablecer un sistema educativo universitario mediocre sin estándares ni supervisión, en desmedro de miles de estudiantes, condenándolos a una formación inadecuada de baja calidad.
Así también es una tarea pendiente continuar avanzando en el cumplimiento de los objetivos prioritarios del Plan Nacional de Competitividad que tendrán como resultados significativos, altos estándares en la educación técnico-productiva, lo cual es una necesidad primordial para nuestro futuro inmediato y que, de no hacerlo, lo veremos reflejado de manera negativa en el crecimiento económico, y por supuesto en nuestra competitividad como país.
Notas al pie:
1 CEMTRUM-PUCP. Resultados del Ranking de Competitividad Mundial 2022. Pág. 9
https://repositorio.pucp.edu.pe/index/bitstream/handle/123456789/185975/Resultados%20del%20Ranking%20de%20Competitividad%20Mundial%202022.pdf?sequence=1&isAllowed=y
2 Agencia Andina. “MEF llama a articular esfuerzos y retomar la agenda de competitividad y productividad”. 12 de agosto del 2022.
https://andina.pe/agencia/noticia-mef-llama-a-articular-esfuerzos-y-retomar-agenda-competitividad-y-productividad-905490.aspx
3 Plan Nacional de Competitividad. Objetivo 2. Capital Humano. Pág 21.
https://www.mef.gob.pe/concdecompetitividad/Plan_Nacional_de_Competitividad_y_Productividad_PNCP.pdf
4 Consejo Privado de Competitividad. Ayuda Memoria “Avance del Plan Nacional de Competitividad y Productividad: Objetivo Prioritario 2”.
5 Ídem.
6 Ídem.
7 MINEDU “Avances En Las Medidas 2.1 Y 2.2 Del Plan Nacional De Competitividad Y Productividad Al 15.11.19”. Datos elaborados en base: BID. Encuesta de habilidades al trabajo (ENHAT) 2017-2018: Causas y consecuencias de la brecha de habilidades en Perú. https://publications.iadb.org/es/encuesta-de-habilidades-al-trabajo-enhat-2017-2018-causas-y-consecuencias-de-la-brecha-de-habilidades
8 Ídem.
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