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Todos los meses de marzo

2. 03. 2023

Columna de Miguel Palomino, presidente del IPE, publicada en La República.

Si hay algo con lo cual podamos contar al comenzar cada mes de marzo es el estado lamentable de la educación pública. Para no echar culpas innecesarias, este es un problema que data de siempre y que ni el mejor Ministro de Educación con el mejor Presidente podrían resolver durante su gestión. Pero sí podemos exigir que por lo menos avancen claramente en resolverlo.

Claro, nada podía esperarse de la desastrosa gestión del maestro Presidente, que parecería empeñado en desacreditar la educación en el Perú con su “palabra de maestro”. Es una señal de su incompetencia que no solo no se haya avanzado nada, sino que se haya retrocedido notablemente en lo que era su supuesta especialidad.  Después de eso se podría pensar que los reemplazantes la tuvieran fácil. Sin embargo, también es cierto que el Ministro de Educación podrá decir que recién se ha hecho cargo de su cartera, que no pueden criticarlo por los problemas existentes (hay cosas, como lo que sucede con la SUNEDU, que sí se pueden criticar, pero eso es otro tema) y que no encontró nada preparado para resolverlo.

¡Vaya que no estaban preparados! Hace unos días el Ministro de Educación declaró a la prensa que solo en Lima había 50,000 niños que no podían ser atendidos por los colegios públicos y que “estaba en borrador” un plan para que estos niños fueran atendidos por los colegios privados. ¡Todo esto a menos de dos semanas de que empiecen las clases!

No voy a criticar el plan, sino el hecho de que esté “en borrador” a estas alturas. Y el mismo Ministro dijo que había el presupuesto necesario. No hay excusa, todos los años sucede algo parecido: no se prevén aspectos que eran perfectamente previsibles por lo menos desde unas semanas antes. Hay un nivel de improvisación recurrente e inaceptable que nos lleva a enfrentar las cosas a último minuto.

El Estado nos debe de ofrecer educación de buena calidad y no debemos rezar por que así sea sino demandarlo (sin quemar comisarías) porque así lo ordena la Constitución (en lugar de buscar cambiarla). Esto sí justificaría una marcha (pacífica) de protesta, pero con resultados medibles para cuantificar el progreso de nuestras autoridades.

Si vemos nuestros colegios verificaremos que hay muchos aspectos de ellos que se ven afectados por esta improvisación. Según el Ministro, más de la mitad de los 55,000 colegios se encuentran en mal estado y ¡más de 1,000 se encuentran en riesgo de colapso!  Estos 1,041 colegios en riesgo de colapso no surgieron de la noche a la mañana. Claramente la responsabilidad recae, en gran parte, no en el Ministerio de Educación sino en la fallida descentralización que otorga muchos poderes a los gobiernos regionales sin exigirles nada a cambio.

Por otro lado, la calidad de los maestros deja mucho que desear. Hay por supuesto maestros excelentes y admirables, pero que en el 2019 solo uno de cada 15 de los postulantes a la Carrera Pública Magisterial haya obtenido el puntaje requerido y que solo un quinto haya alcanzado el puntaje mínimo para la escala a la que postula, deja un marcado sinsabor. En 2020 no se realizó la prueba por el Covid-19 y en 2021 la prueba se anuló por haberse filtrado previamente (la del 2022 está en curso). Es vergonzoso, además, que el Presidente de la República, líder sindical de maestros, haya plagiado su tesis de Maestría para ganar más.

Estas son las cosas concretas a las cuales se enfrentan nuestros hijos al labrar su futuro. El resultado tendrá profundos efectos sobre su capacidad de tener éxito y elevar su condición de vida. La educación es lo primero que debiéramos mejorar, buscando que los maestros se capaciten, que los alumnos puedan beneficiarse con buenas calificaciones y que ambos aprovechen espacios adecuados donde aprender para poder alcanzar todo su potencial. Solo así progresará el Perú.

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