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Columnas de opinión

A blindar… y reformar, que el mundo se va a acabar

19. 04. 2011

19 de abril del 2011

En mayo enviarán al Congreso proyecto para blindar AFP. El MEF, antes que concluya el presente gobierno, ratificó la decisión de poner a buen recaudo los fondos que administran las AFP y que pertenecen a más de cuatro millones de peruanos. (Gestión 19/04/2011)

Entendemos que existe el ánimo, en un grupo relevante de funcionarios públicos, legisladores y otros líderes de opinión, de intentar “blindar” legalmente algunas de las principales reformas que sustentan el desarrollo de nuestro país. Vemos a la iniciativa legal que presentó el Ministro Benavides como la primera de las acciones concretas motivadas por esta preocupación. Esperamos que el Congreso presente y apruebe otras iniciativas similares. En tanto estas eventuales leyes reduzcan la incertidumbre, contribuirán a crear un ambiente favorable para la inversión privada y, así, contribuirán al desarrollo. Sería absurdo nacionalizar las pensiones del sistema privado y abolir las cuentas de capitalización individual, como si éstas tuvieran carga ideológica (CD 06/12/2010). El Sistema Privado de Pensiones tiene que reformarse, ya que hay barreras a la entrada de otros jugadores y, en parte por eso, falta mayor competencia. Pero para los que ya son parte del sistema, éste es uno de los mejores que existen. Como lo propuso el profesor Eduardo Morón en su momento (ver libro), la reforma del sistema de pensiones tiene que concentrarse en ampliar la cobertura (ver gráfico), para que los informales y los peruanos más humildes accedan a la formalidad, empezando con una pensión digna producto, en lo posible, de su propio esfuerzo.

El temor que motiva la reacción del MEF viene de, por ejemplo, las favorables declaraciones de Ollanta Humala respecto de la “política económica” de los Kirchner, quienes en noviembre del 2008 confiscaron los ahorros pensionales privados de los argentinos (ver cuadro). Añada a estas declaraciones, que muestran en el mejor de los casos pésima información, una interpretación incluso inocentona de varios pasajes del plan de gobierno de Gana Perú. Aderécelo con un par de declaraciones de los “técnicos” de plan de gobierno o los voceros políticos -para los que el muro de Berlín sigue parado y las políticas públicas se orientan a la lucha de clases- y… ya tenemos la motivación mencionada.
Cuestionar la nacionalización de pensiones privadas es simple. Nadie puede aceptar que el gobierno se zurre en los derechos de propiedad de millones de peruanos, tras anteriormente haberse zurrado en el mandato que le dieron transitoriamente los votantes para administrar el fisco y las pensiones públicas. Basta hacer un poco de memoria para recordar porqué se estableció el sistema actual de pensiones, el cual por imperfecto que sea ha permitido acumular ahorros por 19 años sin que estos sean confiscados por nadie. Eliminar el actual sistema de pensiones reduciría el consumo, presente y futuro, de los millones de expropiados. Deprimiría la inversión. Le daría un garrotazo al mercado de capitales, reduciendo el financiamiento que emprendedores y empresas no consiguen en el sistema bancario. Le cambiaría de cajón de cerveza al borrachito empedernido del fisco irresponsable, para que siga hipotecando generaciones futuras.

Evitar que se confisquen los ahorros pensionales está bien. Diseñar y ejecutar -conseguir respaldo entre diversos líderes de opinión y algunos políticos, coordinar respuestas a los ataques políticos que surgirán, preparar las iniciativas legales y las presentaciones de las mismas, informar ampliamente cuando se esté ejecutando- una ambiciosa reforma de pensiones es lo que, en realidad, hay que hacer. Así se dinamiza el mercado de capitales, se promueve mayor crecimiento y se amplía la cobertura de un sistema de pensiones más competitivo, promoviendo el bienestar de los peruanos más humildes (ver Cap. 31 de Perú: la oportunidad de un país diferente). Pensamos que algunos de los elementos de la reforma serían los siguientes. Primero, concentrar a las AFP en administrar inversiones, centralizar y regular el resto del negocio, los aspectos administrativos y contables, que es donde están las barreras a la entrada. Segundo, consolidar todos los regímenes previsionales. Tercero, adoptar la propuestas de pensiones no contributivas para aquellos ciudadanos que las requieran y como parte de los programas de apoyo social. El Estado subsidiará y focalizará el subsidio pensional, transparentemente, en los peruanos de ingresos más bajos, complementando sus aportes (y no mal utilizando recursos en programas demagógicos como el llamado Pensión 65). Cuarto, no reconocer como deducciones del Impuesto a la Renta a las retenciones que las empresas no hacen efectivas. A estos habría que agregarles además los otros elementos de la reforma del SPP que propuso la mesa financiera del último CADE.